domingo, 27 de marzo de 2016

ENTREVISTA SOCIOLÓGICA

NO HAY UNA TRADICIÓN DEMOCRÁTICA Y TAMPOCO HAY LAS CONDICIONES DE DESARROLLO DE UNA DEMOCRACIA”.


Entrevista a Sinesio López Jiménez*


I. APATÍA POLÍTICA Y DESCONFIANZA


¿A qué  cree  que se debe  la apatía y descontento político de la mayoría  poblacional?

Bueno, mira, por la crisis de la política en general; la política ha dejado de ser un canal de expectativas, de sueños y de realizaciones, para la mayor parte de la gente y no solamente en el Perú, sino en el mundo: eso por un lado. Por otro lado, la crisis de los partidos, la crisis de las instituciones, la crisis del Estado que tiene que ver un poco con la desvalorización de la política que se ha producido en el siglo XX y en el siglo XXI; desvalorizando la política y revalorización del mercado como eje de ordenamiento de la vida social.

¿Qué  porcentaje aproximado de la población tiene  una noción plena  de su ciudadanía?

 Los que tienen ciudadanía efectiva, los que realmente acceden al derecho son más o menos el 40 %. El resto son ciudadanos de segunda o tercera clase; de esos ciudadanos efectivos, yo creo que la mayoría tiene una clara conciencia de sus derechos; pero si conciencia se refiere a conocimiento de derechos, sin embargo estos no son muy altos. Es probable que no pasen de más de un 20 % o 30 % los ciudadanos que conocen sus derechos y sus garantías.

¿Cómo observa, en este  contexto, la participación juvenil?

Es desigual, tanto en el tiempo como a través de los grupos sociales. En el tiempo, hubo un momento en que los jóvenes se replegaron y solamente aparecieron en ciertas coyunturas de crisis política; por ejemplo: cuando en el año 98, me parece, o 97 Fujimori intentó o desactivó el Tribunal de Garantías Constitucionales y entonces los jóvenes emergieron a la escena política. Yo creo que cada vez es más creciente la presencia de los jóvenes en la escena política, el problema es que no encuentran los canales adecuados para encauzar sus actividades.

¿Por qué no se les da oportunidad  a los jóvenes  para participar en la política masivamente?

Yo creo que no hay ahora organizaciones juveniles propiamente universitarias.  En todo caso, las organizaciones juveniles son más culturales, las formas de participación de los jóvenes, tengo la impresión que se dan más en el campo de la cultura o en el campo del deporte; pero, un poco como que la política ha dejado de ser el espacio de su actividad y de su organización.

¿El peruano común y corriente, a diferencia  de una época anterior, tiene plena  noción de su participación política?

Creo que ha bajado enormemente, en el sentido siguiente: de que la política ha entrado en crisis y el ciudadano hoy más que a la política, se dedica a otras actividades. No es que haya sufrido un proceso de despolitización, pero en todo caso, su entrega a la política hoy ya no es en torno a grandes ideas, grandes organizaciones, grandes programas, sino básicamente en torno a temas muy concretos del interés de cada grupo.

II. ANOMIA Y CRISIS SOCIAL


¿Por qué  las autoridades elegidas  solo ven sus  intereses personales inmediatos  y de sus familiares cercanos, y no de los demás?

Porque, bueno, no son grandes partidos institucionalizados; no pertenecen a partidos institucionalizados o bien organizados y entonces, toda la política se desarrolla a través de lealtades primarias, el paisanaje, la familia, los amigos; son los que  más o menos constituyen el entorno de la política.

La  corrupción es permanente  y lo que es peor, esta no es novedosa sino un cúmulo de tradición enraizada. ¿Cómo revertir adecuadamente esto?

Hay diversas maneras. Una es que no bastan las sanciones. Hay que sancionar, sin duda, hay que penar y quizás fuertemente la corrupción; pero al mismo tiempo, hay digamos tareas en el campo educativo, en el campo de la ciudadanía; tradiciones culturales que es necesario combatir y quizás  desarrollar otro tipo de tradiciones culturales. Me parece, por ejemplo, que en las tradiciones culturales del patrimonialismo está la base de la corrupción. El patrimonialismo supone que el político que gana puede manejar los asuntos públicos como si fueran asuntos privados. Entonces, es la madre un poco de la corrupción; creo que este tipo de cultura es necesario combatirla en diversos campos: en el campo de la cultura misma, postulando  otro tipo de cultura; la cultura republicana; por ejemplo: la cultura cívica. Y por otro lado, también, a través de la educación y a través de  grandes campañas de moralización, donde participen todos los ciudadanos y los medios.

La participación de los intelectuales en la escena  política es mínima, pero al observar a ese grupo pequeño que participa uno piensa: ¿Por qué  se dice una cosa para un auditorio pero en realidad se hace todo lo contrario? ¿Dónde  queda la coherencia?

Los intelectuales metidos en la política están sometidos, de alguna manera, a una doble presión ética. O sea, hay de alguna manera, la presión de la conciencia que induce lo que se llama ética de la convicción: todos los intelectuales se sienten obligados a decir su verdad y la verdad, de acuerdo a sus principios y a ser coherentes de acuerdo a sus principios, en fin; eso por un lado y eso está bien: decir su verdad de acuerdo a los principios. Pero eso puede inducir al fanatismo, en la medida en que son “tus” verdades, “tus” principios y no tomas en cuenta los de los otros, que también tienen sus verdades y sus principios ¿No es cierto? Y a la vez viene la otra presión: la ética de la responsabilidad, es decir tú  tienes que tomar en cuenta cuáles son los resultados de tu acción, es decir no se trata simplemente de decir lo que tú crees; sino de pensar en qué medida lo que tú crees y tú dices, ¿qué repercusiones políticas va a tener? ¿Qué resultados va tener? Eso es la responsabilidad política. Entonces el intelectual siempre estará entre la tensión de esas dos éticas: la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad, ideas que Weber de alguna manera, postuló en su momento.

La mayoría  de los políticos peruanos viven  de la política mas  no para la política, en función del bien público, y por tanto no ejerce una vocación; esto origina una constante  crisis.  ¿Por qué  los políticos “tradicionales” no  dan un paso al costado? ¿Son los  electores  también  responsables?

No puede haber política sin partido, no puede haber democracia sin partidos. Lo que hay que postular es que los partidos se reformen, se transformen para que se modernicen, se abran más a los ciudadanos; pero la política es impensable sin organizaciones. Entonces, la aparición de outsiders, de gente independiente, no organizada en la política; eso es lo esporádico y lo propio de una situación de crisis.


Lo peor  de todo es que llama  la atención el constante  nepotismo  y peculado.  ¿Por qué  la fiscalización no es suficiente? ¿Qué nos hace  falta?

Bueno ahí hay lo que te decía como la cultura del patrimonialismo; o sea, si yo gano el poder, yo lo puedo privatizar; yo lo puedo administrar de acuerdo a mis propios intereses: esa es la cultura patrimonial. Obviamente, eso se hace compartible a la familia, la familia cree también, en términos culturales, que el poder le pertenece, porque es parte de la ganancia familiar. Entonces el nepotismo es muy fuerte y eso lo tienen  todos los gobiernos. Yo diría incluso en el gobierno de Belaúnde, fue más fuerte  el nepotismo que ahora.

Vivimos en una sociedad de caos  e impredecibilidad, esto se refleja en el contrabando, piratería, estafa, fraude, corrupción en todos  los niveles, donde  se ha  perdido incluso  el nivel de tolerancia.  ¿Qué puede  decirnos al respecto? 

Bueno, eso no solamente tiene que ver con la descomposición de la sociedad, la fragmentación, que es también lo que hay. No hay que idealizar la sociedad, como el espacio de la bondad y la política como lo malo. Yo creo que la sociedad misma cuando no es capaz de inventar reglas, normas, en fin, entra en un proceso de fragmentación y descomposición. Ahí  el tema de fondo es que  las instituciones no funcionan.

¿Es necesario y urgente un cambio generacional en las funciones públicas, es decir  una refundación?

No; es necesario más bien pensar la política como continuidad. Quizás esta idea fundacionista, de que  todo el que llega tiene que fundar algo nuevo no te permite acumular, no te permite recoger experiencias, continuidades y darle una perspectiva de larga duración a la actividad política. Es necesario recoger todo lo interesante, lo positivo, y potenciarlo con las nuevas cosas y las nuevas generaciones.

http://grhuancavelica.blogspot.pe/2014/03/reconocido-analista-politico-sinesio.html

III. INSTITUCIONALIDAD


Teniendo  en cuenta  nuestra historia  republicana, al parecer nos gusta  “la mano  dura”, un autoritarismo exacerbado.  ¿Ello  se reflejaría  en el apoyo a diversos  dictadores  o autócratas, como ocurrió con el régimen “fujimontesinista”?

Sí; mira, hay diversos grupos sociales que tienen una imagen de sí mismos, y según esta imagen, proyectan también el tipo de Estado que quisieran tener. Hay gente que cree que los peruanos son ociosos, que son rateros y entonces necesitan mano dura ...Tienen una concepción totalmente negativa de sí mismos, un bajo nivel de autoestima; entonces, aceptan ser tratados como bestias y por eso imaginan un Estado autoritario. Y hay otros que imaginan que son gente libre y que tienen derechos, responsabilidades, y que el Estado tiene que proteger esos derechos y exigen que el Estado se someta a la defensa de sus derechos, y esas garantías. Entonces, requieren un Estado democrático; son otra gente que tiene una alta autoestima. ¿Cierto? O sea, cada grupo social tiene una imagen de sí mismo, cierto nivel de autoestima; según eso, se imagina el tipo de Estado que requiere.

El Congreso, desde nuestro  punto de vista,  se asemeja  a un circo,   donde  existen  agravios, insultos, peleas  y cada agrupación vela por sus propios  intereses (intereses corporativos), mas no por los  intereses concretos  de la comunidad. ¿Cuál es su  opinión?

Bueno es legítimo que existan grupos políticos, que cada uno tenga sus programas, sus proyectos; pero, sin duda debe haber un interés general con el cual todos debieran concordar. Esta idea de Acuerdo Nacional tiene su sentido de descubrir lo que hay de interés general en todos, más allá de sus intereses y aspiraciones legítimas. Cada grupo social, cada clase, cada partido, tienen legítimo derecho a postular y a defender sus propios intereses.

Ante  el constante  centralismo,  ¿cómo observa  a los grupos políticos  que se están  formando desde el interior, que  se hacen  denominar descentralistas? ¿tendrán  notoriedad y alcanzarán  cierta madurez para las próximas  elecciones y lograrán mantenerse a futuro?

La única forma de que tengan impacto en la política nacional es que hagan coaliciones amplias entre diversos grupos regionales. Si un grupo regional en sí mismo es incapaz de tener incidencia en la vida nacional, la única posibilidad es que organicen coaliciones; diversos grupos en sus diversas regiones y organicen como una especie de una gran coalición, que es suma de algunas regiones y eso sí puede tener impacto.

En los  últimos  tiempos, en el imaginario social, se tiene  noción de que  político es un sinónimo de ladrón ¿Esta  representación se comparte en la misma medida en todos los sectores?

No necesariamente. Si bien es más generalizado, sobre todo a nivel popular, que la política es cochina, la política es sucia; digamos es propio de una cultura pragmática; o sea, y donde incluso la corrupción es realmente aceptada. Una encuesta que hizo Transparencia y Proética; por ejemplo: es sorprendente, el nivel de permisibilidad de los peruanos referente a la corrupción, todo eso se resume en la frase que usa todo el mundo: “roba pero hace obras”.

¿Por qué  los partidos  políticos  no se consolidan y solo adquieren  cierta  preponderancia  o notoriedad cerca  a épocas  electorales?

Creo que los partidos ideologizados, ideológicos, con mucha organización, con programas, se han debilitado mucho. Y lo que ahora se han fortalecido son corrientes electorales; eso tiene que ver un poco con la crisis de la política en general. Hoy la política no se mueve en torno a grandes ideas, a grandes proyectos, a grandes ideologías, organizaciones y programas, sino que se mueve en torno a demandas concretas, a lo que los norteamericanos llaman issues (temas pequeños). Entonces, eso hace que los partidos de grandes ideologías se hayan debilitado y entrado en crisis; lo que hoy tenemos más bien, en vez de partidos, son  corrientes electorales.

¿A qué  se debe  que  contemos  con una  democracia  muy precaria?

Bueno eso tiene que ver con las tradiciones autoritarias. Piensa que en el siglo XX, por ejemplo, solamente desde el 30 hasta el 63, solo dos gobiernos elegidos terminaron su mandato; el resto no lograron terminar. La mayor parte fueron dictaduras; entonces no hay una tradición democrática por un lado. Y, por otro lado, tampoco hay las condiciones de desarrollo de una democracia. Por ejemplo, las grandes condiciones de desarrollo de una democracia son: el desarrollo económico, el Estado consolidado, una cultura cívica, la existencia de sociedad civil, ciudadanía efectiva. Todas esas son condiciones que en el caso peruano y latinoamericano son muy frágiles; no se tiene actores en la democracia, que son los partidos (se han debilitado). Las instituciones democráticas están mal diseñadas (presidencialismo exacerbado) y las condiciones son casi inexistentes: no hay desarrollo económico, no hay Estado consolidado, las sociedades civiles son frágiles; entonces en esas condiciones la democracia también es frágil.

IV. EL  SOCIÓLOGO, LA EDUCACIÓN Y EL DESARROLLO

¿Tenemos bases sólidas, en cuanto a nuestra tradición sociológica peruana, como parte de un saber social, que nos garantice una larga vida?

Desgraciadamente no. Yo creo que la sociología académica comienza tarde aquí en el Perú. Comienza más o menos en los 60 y no tenemos digamos un desarrollo sostenido de lo que es la investigación, de lo que sean, digamos, pisos ecológicos fundamentales en el desarrollo de la  ciencia social, de la sociología como para que se vaya construyendo un edificio cada vez más sólido.  Entonces, las investigaciones son importantes solamente a partir del año 60. Se concentran en algunas instituciones, las universidades dejaron de investigar a partir de los 70 hasta el 2000. Las ciencias sociales se han reforzado en algunas universidades como la Católica o IEP (Instituto de Estudios Peruanos); por ejemplo: sin el IEP muchos de nosotros no hubiéramos tenido libros para leer sobre el Perú, pero San Marcos, por ejemplo, se rezagó por toda la historia que conocemos entre el 70 y el 2000. No hay todavía bases sólidas. Yo creo que esa es la tarea que tienen que cumplir ahora las universidades; San Marcos yo creo que lo puede hacer ya. Lo está haciendo de alguna manera la Católica, lo están haciendo instituciones y lo siguen haciendo como el IEP, y creo que a medida que se va desarrollando la investigación científica, se va desarrollando la profesión del sociólogo, pues no todos los sociólogos van a ser investigadores; muchos que solamente quieren ser profesionales y es legítimo que lo sean, pero que muestren que son útiles y eficaces. En esa medida, vas a tener sociología aceptada, legitimada.

¿Cómo observa el mercado  laboral para los sociólogos? ¿Y qué hay  de su rentabilidad?

Muy desigual. No hay un mercado de sociólogos, no hay. No existe un mercado como lo existe para el economista, como lo existe para el ingeniero. No hay un mercado todavía, pero creo que se está constituyendo lentamente; y bueno, el éxito del sociólogo depende del tipo de sociólogo. No todos los sociólogos son del mismo nivel, la misma capacidad, ni tienen el mismo prestigio; entonces a los que tienen capacidad, prestigio les va bien y a los que no los tienen no les va tan bien. O sea, eso es normal como en toda sociedad. En Francia a Touraine le va muy bien porque es el pope de la sociología francesa. Entonces cualquier cosa que pase en Francia y no tiene explicación van donde Touraine y le preguntan ¿Y qué pasó? ¿cómo explicar esto? En fin, entonces el sociólogo exitoso bueno son generalmente pocos, pero existen; y si algunos lo son ¿Por qué los otros no pueden ser?

¿Cree Ud.  que hay  una voluntad  política decidida por parte  del gobierno  para apoyar  la educación superior y principalmente  la pública?

No creo; para el gobierno las universidades públicas son una carga por lo siguiente: ¿Por qué le interesa la universidad al gobierno? En la medida en que la universidad le proporcione cuadros para el ejercicio del poder, para la tecnopolítica. Y  esos cuadros ya no vienen de la universidad nacional, esos vienen de universidades privadas: Católica, Lima, Pacifico, entonces ya la universidad estatal es una carga. No creo, en ese sentido, que el Estado esté interesado mucho, tendría que haber una gran revolución o un ministro de educación muy especial que quiera reformar la universidad pública, porque la universidad pública está vinculada al desempeño de profesiones y sobre todo está vinculada a la reproducción de cuadros en el Estado, si los cuadros del Estado no vienen de la nacional sino vienen de otras universidades y eso sucede desde el año 60. Hasta el año 60 aquí en la Universidad de San Marcos, producía cuadros, ideologías, conciencia para todas las clases sociales, para todos los partidos, para todos los grupos; a partir del 60, de los 70 la universidad dejó de cumplir esa tarea, la sustituyó la Universidad Católica, si tú analizas todos los cuadros que han habido de políticos importantes en el país de los 70 para acá tú vas a encontrar que la mayoría (todos) vienen de la Católica.

¿Cuál es papel del sociólogo  en la  actual coyuntura  y cómo puede contribuir?

Mira yo creo, siendo un buen sociólogo para resumirte, el que es profesional, que muestre que es un buen profesional, que sabe hacer lo que tiene que hacer, en políticas sociales, en políticas públicas, en políticas de lucha contra la pobreza, en todas las políticas de promoción de la ciudadanía, del desarrollo, en fin que muestre; y el que hace investigaciones y es docente que muestre que es un buen docente. Entonces no hay otra manera, y obviamente esas son formas de comprometerse también con el país, no hay otra forma, lo demás es declarativo,  no hay otra forma.





*  Sociólogo. Profesor principal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Exdirector de la Biblioteca Nacional. Articulista de La República. Entrevista realizada por Magno Antenor Álvarez Alderete el 21 de octubre del 2004, en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con la asistencia y colaboración de Jaime Nicolás Gamarra Zapata.