martes, 21 de marzo de 2017

La lucha por el agro y la vida en el Valle de Tambo


La Southern, una empresa minera trasnacional, altamente desprestigiada por los pasivos ambientales, abandonados en Tacna y Moquegua, actúa con una estrategia y táctica conocidas,  igual que las mineras, instaladas en otras regiones del país. Casi se puede afirmar que es el mismo “disco rayado “, que se aplica de manera sistemática. El Estado como una especie de “hermano menor“, atornillado al lado de la empresa. Esta se convierte en el “hermano mayor” que toma las decisiones. José  Lapa nos explica con mucho conocimiento y trabajo el accionar de esta empresa minera en la región de Arequipa y Valle de Tambo.

Primero, Southern pretende  difundir la idea de que la mina apenas “impacta” cuando en realidad contamina; hay una gran diferencia en los conceptos y realidades. Algo que el Estado peruano no lo está visualizando. Y no le interesa, que es lo peor.


Segundo,  la empresa tiene  mucho que esconder: la contaminación y destrucción de las fuentes de agua. Por ende, el daño irreversible  que se hace a la salud pública. Inicia entonces la compra de conciencias, la corrupción se constata por todos los lados, cuando no le resulta, usa la fuerza represiva de la policía, que deja muertos. Ya van siete, ocurridos durante los enfrentamientos duros, en los años 2011 y 2015. Los campesinos del Valle los respetan y lloran a sus héroes populares; y  sufren  por estas pérdidas de vidas humanas, hasta el día de hoy. Lo más triste que se comprueba es la falta de una institucionalidad jurídica que defienda los derechos civiles de los campesinos. Cuando existe una empresa minera instalada, los jueces se vuelven más corruptos. Esto es el “pan nuestro” de cada día.

El autor desnuda lo invisible, nos abre los ojos y pone al servicio del pueblo luchador y honesto del Valle de Tambo su importante trabajo de investigación.




Reinhard Seifert 


 






El libro de José Lapa es una brillante crítica al Estado peruano como garante y defensor de los intereses de la gran burguesía que opera en el Sur del país, junto con su inmensa maquinaria simbólica, comprando conciencias y cargos públicos. Un Estado clasista que siembra el terror entre sus mismos ciudadanos que defienden con su vida el derecho a vivir en paz.