martes, 7 de abril de 2020

Apocalypse Now?


LA CRISIS SANITARIA POR EL COVID-19 LA PAGAN LOS POBRES Y LOS TRABAJADORES. ¿Y LOS RICOS Y LOS GRUPOS ECONÓMICOS?


En el Perú tenemos, por un lado, un 0.5 % de ricos que alcanza a “más de 17 mil millonarios en nuestro país. Unos 880 peruanos con más de 10 millones de dólares. Otros 300 con más de 30 millones de dólares. Alrededor de 37 peruanos con más de 100 millones de dólares. Y al menos 5 con más de mil millones”[1], llegando según Forbes a 6 con más de mil millones (Carlos Rodríiguez Pastor, Vito Rodríguez, Ana María Brescia Cafferata, Eduardo Belmont Anderson, Eduardo Hochschild, y Jorge Rodríguez Rodríiguez); y por otro lado, “40% de la población (alrededor de 12 millones de personas) vive con un ingreso personal de entre US$ 4 y US$ 10 diarios”[2], 6 millones 593 mil peruanos siguen viviendo en pobreza (20.5 % de la población[3]), 73 % trabaja en empleos informales; 7 millones[4] (22.3 %) no tienen servicio de agua potable en el Perú, y un aproximado de 1 800,000 familias no cuentan con una vivienda o habitan una precaria[5]. Esto muestra no solo la profunda y extendida desigualdad social que en el 2017 habría llegado a 0.81, comparado al 0.43 que reporta oficialmente INEI (1 en el índice GINI expresa la perfecta desigualdad de un país), sino la inmensa exclusión social estructural sobre la que se ha erigido el inventado neoliberalismo peruano que hace que sus “avanzados” grupos económicos tengan licencia estatal para acumular demasiado y distribuir casi nada, y sí socializar sus pérdidas de sus juegos en las ruletas financieras (con nuestro dinero) como nos muestran las AFP.

Así, los millones del pobretariado y del independetariado, vivientes y sobrevivientes que viven en la precariedad de derechos garantizados, recortados y negados por el Estado y los grupos económicos, y la exclusión social y económica del exitosísimo modelo exportable peruano y aspirante a la OCDE, se develan claramente, gracias a un microscópico virus, los conocidos límites del inexistente neoliberalismo peruano. No obstante, por un lado, esta crisis no la están pagando los que más tienen sino los pobres, muchos de los cuales tienen que quedarse en una casa de esteras, madera o triplay, sin agua, y con hambre. Si bien los 380 soles en este primer tramo están llegando a casi 4 millones de personas a quienes de seguro aliviará en algo las necesidades y los estómagos, la crisis muestra la exclusión estructural y los márgenes en la que viven millones de los cuasi ciudadanos del Perú; mientras que, por otro lado, la liberación de la CTS, la suspensión del pago al sistema de pensiones y la liberación de 2000 soles de la AFP afectan directamente a la clase trabajadora que viene costeando la crisis con sus ahorros y su jubilación en un acto patriótico que lleva a uno a entonar repetidamente el “Contigo Perú del Zambo Cavero. En tanto, las AFP pierden miles de millones de los asegurados; y el Estado costea la crisis con el dinero de los pocos impuestos cobrados sin mirar los miles de millones no cobrados por los privilegios tributarios (y evasión) de los sectores económicos minero, financiero, aseguradoras, agroexportador, pesquero y aéreo. Es decir, esta crisis la pagan la clase trabajadora, el pobretariado y el independetariado.    

No obstante la emergencia sanitaria, la desigualdad social, la exclusión estructural y la concentración de riqueza, este gobierno y Estado que ha ampliado la ley de promoción agraria hasta el 2031 y los beneficios tributarios al sector minero y de hidrocarburos, que hace uso de la ley de activos críticos y los estados de emergencia para garantizar los intereses de la clase empresarial minera, que evita discutir la ley general de minería; apela a la solidaridad de los bancos para que no cobren intereses en tiempos de COV-19 por lo que es entendible que cuando le preguntan los medios internacionales sobre la propuesta de un impuesto a las fortunas en el Perú Vizcarra, al igual que la ministra del MEF, vuelven a hacer un llamamiento a la solidaridad de los millonarios: “sobre grandes fortunas que puedan haber en algunos grupos económicos en el país y que puedan también colaborar como todos estamos haciendo para poder salir de esta crisis (…) hemos dicho desde un principio que el principal valor que necesitamos ahora de la sociedad es la solidaridad”[6]. Pos-COVID-19 se abre el momento político oportuno para poner en cuestión el modelo neoliberal dominante con una serie de perversiones y fallas, que terminan generando alta concentración de riqueza, alta desigualdad y alta exclusión y que requiere urgentemente ser cambiado.

Soc. José Antonio Lapa Romero
5 de abril de 2020






[1] Riqueza y desigualdad en el Perú: vision panorámica. 8 de febrero de 2019. Consulta: 5 de abril de 2020 <https://peru.oxfam.org/latest/policy-paper/riqueza-y-desigualdad-en-el-per%C3%BA-visi%C3%B3n-panor%C3%A1mica>
[2] OXFAM. Para no retroceder. Realidad y riesgo de la desigualdad en el Perú. Documento de Trabajo Perú N° 1 2015. Consulta: 5 de abril de 2020 <https://peru.oxfam.org/sites/peru.oxfam.org/files/file_attachments/Documento%20Peru%20%281%29.pdf>
[3] Según INEI los pobres en el país son los hogares cuyo gasto per cápita no llegó a cubrir una canasta basicabásica calculadao en 344 soles. Consulta: 5 de abril de 2020 <https://rpp.pe/economia/economia/pobreza-pobres-dinero-donde-pido-prestamos-quienes-y-cuantas-personas-son-consideradas-pobres-en-el-peru-noticia-1191046>
[4] LA REPÚBLICA. Más de 7 millones de peruanos sin agua potable. 13 de marzo de 2020.  Consulta: 5 de abril de 2020 <https://larepublica.pe/sociedad/2020/03/13/coronavirus-peru-mas-de-siete-millones-de-peruanos-sin-agua-potable/>
[5] RPP. Perú es el tercer país de Latinoamérica con mayor déficit de viviendas. 2 de diciembre del 2016. Consulta: 5 de abril de 2020 <https://rpp.pe/economia/inmobiliaria/peru-es-el-tercer-pais-de-latinoamerica-con-mayor-deficit-de-viviendas-noticia-1014065>
[6] Vizcarra da balance del coronavirus en el Perú. 3 de abril de 2020. https://www.youtube.com/watch?v=z7yPl05vh0Y



Extraído de https://www.jw.org/es/biblioteca/revistas/atalaya-2017-numero3-mayo/quienes-son-cuatro-jinetes-apocalipsis/



Apocalypse Now?


En el imaginario colectivo no son muy lejanas las imágenes de las largas colas y el desabastecimiento general de los productos básicos, durante el último periodo del nefasto primer gobierno de García Pérez. Solo unos cuantos elegidos se mantuvieron en sus burbujas de confort y normalidad. La anomia social y la desestructuración fueron los signos distintivos de esa época (fines de los 80 y primera mitad de los 90) y hoy, ad portas del Bicentenario, una pandemia nos lleva a reflexionar sobre la precariedad de la existencia y la insana ilusión de pretender vivir en una burbuja de confort, estabilidad e hiperconsumo, mientras millones de personas son excluidas de los beneficios del sacrosanto “progreso” y se convierten en seres humanos residuales (en una sociedad líquida de desechos, como diría Bauman).


Los altos funcionarios del gobierno peruano nos advierten que el sistema de salud estaría a punto de colapsar si no respetamos el estado de emergencia y las recomendaciones. Los tecnoburócratas nos quieren hacer olvidar que el sistema de salud pública en el Perú está colapsado desde hace mucho. La OMS recomienda que el promedio de inversión en salud sea el 6 % del PBI. En el Perú, la inversión gubernamental representa el 3.5 % del PBI y se trata de una de las más bajas de la región[1]. Nuestro país tiene 13 médicos por cada 10 000 habitantes[2], muy a la zaga de otros países latinoamericanos. No somos apocalípticos si damos cuenta de la gravedad de la situación en medio de la paranoia (muy real) y el pavor generalizados.


Como en la película Blue Velvet, de David Lynch, las grietas y las disrupciones que trastocan nuestra confortable y apacible realidad cotidiana son inevitables y contundentes a veces, y nos pueden servir para tomar conciencia de que necesitamos ser empáticos y tener una mirada holística, menos unilateral y cómoda. No debemos soslayarlas para develar la “dichosa interconexión para todos”[3] de la que habla el poeta budista norteamericano Gary Snyder.


Tal vez esta crisis nos sirva para desarrollar oportunidades y fortalezas en medio del pánico y la incertidumbre:  “Pero quizás otro virus ideológico, y mucho más beneficioso, se propagará y con suerte nos infectará: el virus de pensar en una sociedad alternativa, una sociedad más allá del estado-nación, una sociedad que se actualiza a sí misma en las formas de solidaridad y cooperación global”[4].

Los políticos y los tecnócratas iluminados –por más apocalípticos y dramáticos que sean– nunca tienen la última palabra.

Jaime Gamarra Z.
Escritor y gestor cultural



[1] RUIZ, Mariana. “PBI en salud más bajo de la región es de Perú”. En: Perú21. 21/10/2018. Recuperado el 6 de abril de 2020 de:  https://peru21.pe/economia/pbi-salud-region-peru-435718-noticia/?ref=p21r
[2] https://gestion.pe/peru/peru-12-8-medicos-10-000-habitantes-abajo-paises-ocde-236346-noticia/
[3] https://www.poetry-chaikhana.com/blog/2013/09/25/gary-snyder-for-all/
[4] ŽIŽEK, Slavoj. “Coronavirus es un golpe al capitalismo al estilo de ‘Kill Bill’ y podría conducir a la reinvención del comunismo”. En: Sopa de Wuhan. Pensamiento contemporáneo en tiempos de pandemias. ASPO, 2020, p. 22.


Fotograma de El séptimo sello, de I. Bergman, película de 1957