jueves, 11 de octubre de 2018

De sátrapas y caudillos

De sátrapas y caudillos histriónicos

The dark night gave me black eyes
But I use them to seek the light.
Gu Cheng

   La señora K ha tenido la mala suerte de cruzarse en el camino con un juez “canero”. Miles celebraron la detención preliminar de la ex primera dama como si, súbitamente, la justicia divina y la terrenal se hubieran dado la mano en epifanía sobrenatural. Olvidan que la justicia no podrá ser alcanzada plenamente en este país con una estructura social básica de ancestrales lacras (lejos del “velo de ignorancia” de Rawls). La corrupción no es la tara principal, como tantos afirman. Los fujimoristas creen que su líder máximo es el Mesías salvador de la patria. No les interesa que haya sido condenado por corrupto (peculado) y por dilapidar escandalosamente el erario nacional. El sátrapa le entregó quince millones de dólares a su socio Montesinos por sus servicios a favor del régimen (vía Decreto de Urgencia Nº 091-2000 del 19/09/2000). “Robó, pero hizo obras” es la consigna que ha sido internalizada por los Fujimori lovers. Empresarios exitosos como José Chlimper están convencidos de que Fujimori era el gurú que el país necesitaba luego de décadas de estatismo e intervencionismo descarado. Lo paradójico es que ni el intervencionismo ni el mercantilismo fueron suprimidos. En los 90, Fujimori usó el clientelismo y el patrimonialismo (rentismo) de una forma arbitraria y cínica. Ciertamente, otros políticos hicieron y hacen lo mismo. No hay nada nuevo bajo el sol por estos lares.


   El fujimorismo es un fenómeno político y social que surge en un contexto histórico muy particular (comienzos de los 90), en el cual las organizaciones políticas estaban muy desprestigiadas y la desestructuración social era muy grave.




Extraído de:
https://max-elblog.blogspot.com/2011/11/caudillo.html


   La hija del sátrapa quiere reivindicar el legado político del padre. La organización que lidera está conformada por incondicionales y sumisos adláteres. La palabra de la jefa es ley. Así ocurría en el denominado “Partido del pueblo”. Solo los disidentes osaron contradecir al Maestro. En organizaciones verticales y milenaristas como el PCP-SL la impugnación representaba una condena mortal. ¿Son los centros oficiales de adocenamiento (v. gr. escuelas) los únicos responsables de que caudillos histriónicos y carismáticos se entronicen con toda libertad en el Perú? ¿Qué tanto en común tienen caudillos histriónicos como Haya de la Torre, Fujimori, Alan García, etc.? El autoritarismo es un viejo mal que se debe combatir aunque se sepa, de antemano, el resultado.

Márlet Ríos





Extraído de: http://www.slate.com/articles/news_and_politics/foreigners/2016/09/donald_trump_is_a_latin_american_strongman.html