De sátrapas y caudillos histriónicos
The dark night gave me black eyes
But I use them to seek the light.
Gu Cheng
La señora K ha
tenido la mala suerte de cruzarse en el camino con un juez “canero”. Miles
celebraron la detención preliminar de la ex primera dama como si, súbitamente,
la justicia divina y la terrenal se hubieran dado la mano en epifanía
sobrenatural. Olvidan que la justicia no podrá ser alcanzada plenamente en este
país con una estructura social básica de ancestrales lacras (lejos del “velo de
ignorancia” de Rawls). La corrupción no es la tara principal, como tantos
afirman. Los fujimoristas creen que su líder máximo es el Mesías salvador de la
patria. No les interesa que haya sido condenado por corrupto (peculado) y por
dilapidar escandalosamente el erario nacional. El sátrapa le entregó quince
millones de dólares a su socio Montesinos por sus servicios a favor del régimen
(vía Decreto de Urgencia Nº 091-2000 del 19/09/2000). “Robó, pero hizo obras”
es la consigna que ha sido internalizada por los Fujimori lovers. Empresarios
exitosos como José Chlimper están convencidos de que Fujimori era el gurú que
el país necesitaba luego de décadas de estatismo e intervencionismo descarado.
Lo paradójico es que ni el intervencionismo ni el mercantilismo fueron
suprimidos. En los 90, Fujimori usó el clientelismo y el patrimonialismo
(rentismo) de una forma arbitraria y cínica. Ciertamente, otros políticos
hicieron y hacen lo mismo. No hay nada nuevo bajo el sol por estos lares.
El
fujimorismo es un fenómeno político y social que surge en un contexto histórico
muy particular (comienzos de los 90), en el cual las organizaciones políticas
estaban muy desprestigiadas y la desestructuración social era muy grave.
La hija del sátrapa
quiere reivindicar el legado político del padre. La organización que lidera
está conformada por incondicionales y sumisos adláteres. La palabra de la jefa
es ley. Así ocurría en el denominado “Partido del pueblo”. Solo los disidentes
osaron contradecir al Maestro. En organizaciones verticales y milenaristas como
el PCP-SL la impugnación representaba una condena mortal. ¿Son los centros oficiales de adocenamiento (v. gr. escuelas) los
únicos responsables de que caudillos histriónicos y carismáticos se entronicen
con toda libertad en el Perú? ¿Qué tanto en común tienen caudillos histriónicos
como Haya de la Torre, Fujimori, Alan García, etc.? El autoritarismo es un viejo mal que se debe combatir aunque se
sepa, de antemano, el resultado.