CANTO DE SIRENA Y ENGAÑIFA
PROGRE
Vaya, parece que los consecuentes comunistas libertarios,
anarquistas conscientes y curtidos por las luchas sociales concretas y las
jornadas combativas de años en este país se dejaron seducir por el canto de
sirena de la izquierda seudoprogresista y “clasista” local. Como si el patético
bufón de López Aliaga representara un extraordinario peligro y la deslucida
señora K fuera ad infinitum la
ahijada consentida de la Confiep, Sociedad Nacional de Industrias y demás
cavernarios mercantilistas y emprendedores
de libre mercado (cuento chino para hípsters y seudoliberales), se la juegan
como buenos muchachones clasemedieros y apuestan por un frente electoral
izquierdoso más falso que juez fujimorista. Con una izquierda así, tan
desubicada y alejada años luz de las necesidades concretas de los trabajadores que
ganan (ganamos) poco más del salario mínimo y llegamos con las justas a fin de
mes, para qué quiero un “cambio” de modelo, como pregonan hasta el hartazgo.
Por una cuestión práctica, dicen. Para impedirle el paso al fascismo y el oscurantismo
representados por el talibán del Opus Dei. Si en su momento representó un real
peligro inminente, ahora sabemos que ya pasaron los tiempos de outsiders “radicales” y exitosos (que
prometen honradez y blablablá). Olvidan deliberadamente, para quedar bien con
los amiguitos y revolucionari@s de ONG, algo que parece haber sido escrito el
año pasado: “(…) ¿de qué nos sirven los Congresos? Sirven de prueba
irrefragable para manifestar la incurable tontería de la muchedumbre, al dejarse
dominar por una fracción de gentes maleables, a medio civilizar y hasta
analfabetas, sin la más leve inclinación a lo bello ni a lo justo, con el solo
instinto de husmear por qué lado vienen los honores y el dinero, o hablando sin
mucha delicadeza, la ración de paja y grano”[1].
¿Acaso alguno de estos seudoprogresistas ha exigido la
derogación del Decreto Legislativo 728, la famosa y alabada por la Confiep Ley
de Productividad y Competitividad laboral? ¿Sabrán estos ahora edulcorados
anarquistas que se trata de una verdadera espada de Damocles sobre la cabeza de
los trabajadores peruanos desde los 90?
Antes de la crisis sanitaria los trabajadores
formales alcanzaban los 3.7 millones y actualmente llegan a 3.2 millones. El
desempleo absoluto se extiende peor que barra brava desatada. ¿Un progre
privilegiado, viviendo de la mamadera estatal o con buen estatus social, sabrá
lo que es una suspensión perfecta de labores? ¿Sabrá lo que es estar pateando
latas y con hijos? ¿Conocerá la situación de un obrero de Molitalia o de Topi Top
con sueldo mínimo y con hijos?
A esto se
prestan los curtidos y siempre combativos libertarios locales –no todos, por
cierto– que apoyan a la izquierda autoritaria (¿olvidaron la pugna histórica
entre socialismo libertario y socialismo autoritario?). Allá ellos y sus
amiguitos progres y caviares. Nosotros no esperamos nada de los que prometen
cambiar todo para que nada cambie en este patético reino de la criollada.
Gary Rojas
POR QUÉ SER ANARQUISTA
EN PERUZUELAKISTÁN
¿Sabes por qué hay que ser anarquista en esta cagada de país?
Para hacerle contrapeso a la enorme mayoría que por tradición es derechaira,
conservadora y reaccionaria. Sí, tanto de los fachos que ven representados sus
intereses empresariales en el cerdo millonario del Opus Dei al que intentan
emular, como de los liberales ex ppkausas con sus altos dignatarios del lujo y
el confort ahora asesorados por Chibolín que les da el roce popular que no
pueden encontrar en ningún otro lado, y también de los cometapers fujiapristas
perros fachopobres que harán lo que sea con tal de no ver alterada su realidad
de mierda que no podría ser peor por la pura costumbre de obedecer a alguna
autoridad y más si viene de alguna panaca real, sea del país que sea. Hay que
ser anarco para luego no caer en el juego de esos otros derechairos de dizque
"izquierda" progre y también liberal, burda y filistea (esa
"izquierda" en nuestro país siempre ha sido minoría, nunca ha sido
mayoría de nada, que tu circulito de amistades de la puke y demás argollitas
limeñas te celebren con likes de porristas en FB no significa absolutamente
nada, cuando se trata del Perú, ese que está harto de todos nosotros pobres
kgadas de la ciudad de los reyezuelos desalmados a la que habría que nukear o
desmantelar por completo para hacerle un favor al resto del país y ahorrarles
las huelgas generales o esas interminables marchas para venir a morir de hambre
frente a algún ministerio y a los que no prestas atención por estar enfrascado
en tus luchas por los derechos humanos de tus mascotas o para que los
homosexuales se puedan casar como dios manda o para que puedas abortar mientras
te sigues divirtiendo los fines de semana), que realmente no hacen nada por
democratizar el poder o construir el rizoma de la democracia directa. Que se
llenan la boca de promesas bonitas y videitos, –para qué, bien editaditos–,
pero que no van a cumplir porque su misión primaria es llenarse los bolsillos y
largarse del país apenas puedan o entregarse tardíamente a la justicia cuando
les resulta imposible seguir mintiendo, pero con el botín bien asegurado ya en
paraísos fiscales, como la tía Susy y ahora la Verito, la tía regia 2, o en el
mejor de los casos cambiarse el polito rojo por uno blanco con la venia de la Konfiep.
Y, por último, si de verdad fueses de izquierda y te
importara más el país que esta impostura de ciudad, productora nada más que de
burros, votarías por un comunista de verdad. Hay que ser anarco para saber que
ninguno de todos esos bastardos concursantes en este certamen de popularidad te
va a representar, porque Lescano, Guzmán, Urresti, Humala, Forsyth y a los
demás insignificantes les vales una mierda. Todos ellos deberían ser fusilados
en el paredón de los traidores a la patria. Hay que ser anarco porque la lucha
revolucionaria es cada día contra estas mismas costumbres normalizadas por los
medios de comunicación, los políticos y el mismo statu quo que existe nada más
que para preservarse como latas de conservas en formol y para tener al país
entero en piloto automático. El floro es lo de menos. La organización, la
autoeducación lo son todo. Seguir creyendo que sirven de algo las elecciones,
los representantes y su circo es formar parte del problema. Para que no nos
sigan agarrando de imbéciles, para que algún día dejemos de ser un rebaño de
animales sin cerebro, por eso es necesario ser anarquista.
Feiker de Hierro