ENTRE EL MIEDO Y LA PARANOIA DE LAS CLASES ALTAS EN PERÚ. SOBREVOLANDO
SOBRE EL NIDO ROJO DEL CUCO
America I feel
sentimental about the Wobblies.
America I used to be a
communist when I was a kid I’m not sorry.
Allen Ginsberg
Las clases dominantes,
los poderes económicos, las organizaciones y los líderes de derecha y supuestos
liberales, los medios de comunicación y las mafias en la política (dominantes
durante casi 30 años de neoliberalismo y antipolítica) han intensificado
campañas mediáticas que tienen como objetivo generar terror y miedo ante el supuesto
riesgo de la democracia, la economía de mercado, y la inventada prosperidad
económica en la que viviríamos cuya preservación representaría Fuerza Popular.
Esto hace creer a muchos ingenuos y desinformados sobre una pronta instalación
de una dictadura, el modelo chavista, el comunismo y el socialismo en el Perú
si es que Perú Libre gana. En realidad, esta campaña destructiva, que entiende
la política como relación amigo-enemigo, muestra, por el contrario, la
socialización de los miedos de las clases dominantes ante la posibilidad de “perder”
los privilegios de sus negocios, privilegios tributarios, el poder y su papel
de clases dominantes.
1. LOS MIEDOS DE LAS CLASES PRIVILEGIADAS
El Perú ha vuelto a la
normalidad. Así, possegunda vuelta el país vive no solo una polarización política
sino una polarización social donde las tendencias de votación dividen la
sociedad entre las clases altas y medias (A, B y C) a favor de Keiko Fujimori
de Fuerza Popular, y una parte de las clases medias (C) y una mayoría de las
clases populares (D y E) fuera de Lima a favor de Pedro Castillo de Perú Libre.
Los resultados de la
primera vuelta y las encuestas serias de las últimas semanas han llevado a que
se haya intensificado una campaña de destrucción masiva, desinformación y
terruqueo desde medios de comunicación, redes sociales, paneles publicitarios,
cuentas falsas, troll asalariados y otros, con el objetivo de generar miedo buscando
influenciar y manipular las decisiones de los ciudadanos. Este despliegue de
creatividad destructiva e inversión de millones de soles de muy antidemocráticos
ciudadanos que buscan torcer las decisiones muestran tres miedos de las clases
privilegiadas y los grupos de poder económico en el Perú. ¿Cuáles son los
miedos que los aterra para desatar toda su furia destructiva?
El primer miedo es el miedo de las clases dominantes a
perder sus privilegios. En efecto, en las últimas tres décadas el supuesto exitoso
modelo económico para los grupos económicos de agroexportadores, mineros,
banqueros y constructoras les ha permitido hacer negocios en medio de derechos
laborales recortados, cuasi monopolios y privilegios tributarios en gran medida
instaladas durante el fujimorismo (exoneraciones tributarias, convenios de
estabilidad tributaria, convenios de promoción de inversiones, recuperación
anticipada de impuestos, pagos menores de CTS y Essalud, y otros) y negocios
millonarios con el Estado que les ha permitido hacer e incrementar sus fortunas
y mantener sus privilegios. Los grupos económicos y las clases dominantes han
vivido y viven despreocupados si en el país vivimos regímenes autoritarios o
democráticos con tal de que garanticen sus negocios, siendo en el escenario
electoral actual el fujimorismo quien garantizaría sus privilegios y Perú Libre
quien los pondría en riesgo. Así, socializan masivamente sus miedos
disfrazándolos de defensa de democracia y una inventada prosperidad económica para
garantizar sus negocios.
El segundo miedo es el miedo a perder el poder que ha
estado concentrado por décadas en las clases dominantes en el Perú. En el Perú vamos a
cumplir 200 años de República donde el poder ha estado concentrado en aristócratas,
oligarcas, dueños del Perú, apóstoles y ahora en las últimas décadas por “empresarios”
quienes han cogobernado con el Fujimorismo, y alineado a los gobiernos “democráticos”
a favor de sus intereses para mantener sus privilegios constituyéndose en
la clase mandante en Perú por encima de presidentes y congresos de la República.
Dentro de esa configuración de poder los indios, indígenas, negros,
afrodescendientes, los mestizos, cholos y migrantes han estado excluidos o
disputando como sujetos políticos el poder dominante.
El tercer miedo es ser gobernados por un "provinciano
rojo”, representante en gran medida de los sectores populares históricamente
excluidos.
La historia en el Perú ha estado caracterizado por elementos extendidamente
raciales que se han constituido en elemento de discriminación dentro de la
sociedad y dentro del Estado donde las elites de las clases dominantes han
hegemonizado, por lo que la posibilidad de que un “provinciano rojo” mande ha
generado un odio casi natural que ha llevado a cholear, terruquear y masificar
sus miedos; no obstante que en el Perú el 60.2 % se autoidentifica como
mestizo, 22.32 % quechua, 5.89 % blanco, 3.57 % afrodescendientes y otros. En
el fondo los miedos de las clases privilegiadas son los miedos de que un provinciano
que no tiene el “encanto” y “glamour” los gobierne.
Entonces las elecciones
muestran a las clases dominantes socializando sus miedos de clase a ver
afectados sus negocios, sus privilegios económicos, de clase, poder y dominio “racial”
disfrazándolo de una supuesta defensa de la democracia y una prosperidad
económica inexistente para las mayorías a quienes históricamente han excluido,
discriminado y menospreciado.
2. RIESGOS REALES Y RIESGOS INVENTADOS
Fuerza Popular representaría
la defensa de la democracia y Perú Libre, la dictadura y el chavismo; Keiko, la
continuidad del modelo y Castillo, el comunismo; Keiko, el libre mercado y Castillo,
el estatismo desfasado. Este escenario polarizado esconde, más allá del miedo y
terror dominante, escenarios reales y posibles a partir de las dos candidaturas.
Por un lado, por su pasado
y actuación reciente Fuerza Popular y el fujimorismo representan: 1) la garantía
de la continuidad de un modelo excluyente y la profundización de sus
privilegios tributarios; 2) el autoritarismo y la mano dura para imponer y
profundizar el modelo económico, por ejemplo, en el sector minero y
agroexportador en proyectos como Conga, Tía María, Río Blanco y otros; 3) la
captura de las instituciones como el Tribunal Constitucional, Ministerio
Público y el Poder Judicial que se convierte en un imperativo dado que les
permitirá gobernar sin mayor control, garantice impunidad y el desmantelamiento
de las investigaciones donde los fujimoristas de ayer y hoy están envueltos; 4)
el negacionismo de años de violaciones de derechos humanos en los noventa
(esterilizaciones forzadas, La Cantuta, Barrios Altos y otros); 5) dominio de
la práctica de la relación enemigo-amigo en la política y el terruqueo.
Entonces, los intereses del fujimorismo no son por la
defensa de la democracia, por más que se pongan sus polos de la selección
peruana y hayan recibido el apoyo de supuestos liberales y de la derecha, sino algo
más esencial relacionado a sus intereses en un modelo económico donde la
familia Fujimori ha sido privilegiada, por garantizar impunidad a los
investigados por las violaciones a derechos humanos y corrupción del gobierno
de su padre, y garantizar el desmantelamiento de las investigaciones que
amenazan llevar a la cárcel a las mafias fujimoristas que en la formalidad
hacen “política”.
La defensa de la democracia es una
farsa del fujimorismo, las clases privilegiadas y los grupos de poder
económico.
Extraído de https://super.abril.com.br/mundo-estranho/o-que-foi-o-macarthismo/
Mientras por otro lado,
la llegada al poder de Perú Libre, no obstante el riesgo presente con la
presencia de Cerrón, no implicaría la llegada del comunismo ni el socialismo;
por el contrario, implicaría: 1) gobernar en un escenario de intensificación de
la disputa política que podría tener una salida de golpismo institucional dadas
la mayorías de las derechas en el Congreso y las potenciales alianzas, y la
oposición y resistencia permanente de los poderes económicos, o el giro de Perú
Libre a la moderación siguiendo los pasos del gobierno de Ollanta Humala; 2)
gobernar en un espacio reducido para las reformas dado que Perú Libre ni cuenta
con mayoría en el Congreso (aún la suma de las alianzas de izquierda), ni tiene
un partido orgánico que soporte y movilice para sostener un gobierno de cinco
años, y por lo tanto de una débil capacidad para la renegociación de los
convenios o contratos con empresas transnacionales mineras o gasíferas dado que
requiere fuerza de negociación que Perú Libre no tiene; 3) emplear el referéndum
como herramienta política para legitimar y ampliar el respaldo popular, y
avanzar en reformas constitucionales que el Perú requiere y explica en gran
medida su respaldo popular. Es decir, un gobierno de Perú Libre tiene un
escenario riesgoso para la sobrevivencia en el poder y una anticipada oposición
permanente para las reformas por lo que es más probable la moderación.
Entonces, los riesgos contra
la democracia, la libertad y la justicia social están representados por el
fujimorismo y las clases privilegiadas que están detrás; en cambio el riesgo a
una dictadura es imposible con Perú Libre, dado que representaría un gobierno
débil y con una correlación política desfavorable entrando en disputa
permanente con los poderes económicos, los medios de comunicación y la
representación en el Congreso.
17 de mayo del 2021
Soc. José Antonio Lapa Romero
Extraído de https://www.cannabisn24.com/scooby-doo-shaggy-marihuana/ |