jueves, 24 de octubre de 2019

El fascismo nunca se fue de Chile



El fascismo nunca se fue de Chile

   El modelo de desarrollo impuesto a partir de Bretton Woods está liquidado. No da para más. El FMI, la OMC, la OEA, etc. son instancias que han impuesto a los países llamados del Tercer Mundo políticas económicas y "recomendaciones" que solo han servido para acrecentar los enormes antagonismos sociales y las inequidades,  favoreciendo a las élites locales a expensas de la clase trabajadora y las masas campesinas en proceso de proletarización desde hace varias décadas. 

   Chile es uno de los países donde fue aplicado "ejemplarmente" el modelo económico neoliberal y el Estado mínimo (los Chicago Boys fueron los paradigmas de la política económica chilena), luego de la implantación de un régimen fascista (setiembre de 1973) que persiguió con terror y extrema crueldad a los opositores políticos y a todo aquel que consideró “enemigo”. El resultado fue la eliminación física y la “desaparición” de miles de estudiantes, obreros, campesinos e intelectuales que se opusieron (incluso algunos con las armas) a un régimen criminal, auspiciado por los Estados Unidos y otras potencias imperialistas. 

   Ese fascismo nunca se fue, a pesar de los sucesivos gobiernos de la Concertación y de la “izquierda oficial” (PS). Es que los libertarios lo hemos denunciado siempre: el Estado y sus Fuerzas Armadas y Policiales (cancerberos) son los enemigos de la libertad y de los trabajadores. En todas partes es así (Chile, Perú, Ecuador, China, EE.UU.), etc. El gobierno ultraderechista de Piñera ha decretado el toque de queda y los milicos han salido a las calles y, tal como lo denuncian los compañeros de la región chilena, el terror ha sido diseminado en un contexto de “democracia” y supuesto respeto de los derechos humanos (¿de quiénes?). Las detenciones arbitrarias no cesan, los muertos ya excedieron los 20, hay agresiones sexuales a compañeras por parte de milicos y carabineros, etc. El terrorismo de Estado como en épocas nefastas. La represión salvaje en consonancia con el predominio del principio de autoridad. 

   Como lo denuncia la Federación Anarquista Santiago, el gobierno derechista viene desarrollando una estrategia comunicacional que quiere internalizar la idea de que se trata únicamente de un “conflicto de seguridad”, en donde la prioridad es restablecer el orden y la legalidad (a toda costa, es decir a sangre y fuego). Ya son más de 5400 detenidos hasta el 22 de octubre (según la Fiscalía chilena), más de 250 personas heridas de gravedad y el gobierno “pretende ocultar su responsabilidad”. Como lo señalan los compañeros de El Sol Ácrata en el número especial de octubre: "Ha quedado al descubierto el verdadero rostro de esta democracia putrefacta al servicio del capital, dispuesta a asesinar para garantizar sus propiedades e intereses...".
  
   Este terrorismo de Estado debe ser detenido y la represión indiscriminada debe cesar. Una verdadera huelga general es el camino para hacerle sentir al gobierno que los trabajadores ya perdieron el miedo y están hartos. Ni los politiqueros oportunistas de siempre (del PC y del PS) ni los recientes tienen cabida en esta eclosión social del elemento más combativo del pueblo. La solidaridad de todos los internacionalistas es necesaria más que nunca. Para que el fascismo de ayer no alce el vuelo y sea liquidado para siempre en las sombras infaustas de la historia.


Korriente A

https://www.telesurtv.net/news/chile-represion-protestas-torturas-detenidos-crucificados-20191024-0026.html


https://radio.uchile.cl/2019/10/23/protestas-en-chile/

martes, 8 de octubre de 2019

Cultura popular y rock de los 80



JUST WHAT I NEEDED.
Algunos apuntes sociológicos sobre el rock de los 80


The noise electric
Never stops
Ric Ocasek


Intro
   Una cultura de masas moldeada por la globalización tiene como idioma oficial el inglés, aunque en Perú esto es patente desde mucho antes de que se popularizara el término “globalización”. Como dice Baudrillard en La sociedad de consumo: “la americanidad es (…) la lógica misma de la cultura contemporánea”. La International Petroleum Company, de la familia Rockefeller, inició sus operaciones en Talara en 1915 y se mantuvo hasta fines de los 60. Fue en Talara (y en otros lugares cercanos) que se estableció una comunidad planificada a la manera del american way of life, donde el inglés fue el idioma oficial y generaciones de estadounidenses con sus familias fueron muy felices, pues no les faltó nada: tuvieron colegio, barrio propio, club y playa privada. Tuvieron más privilegios que la misma población local (aunque esto no debe sorprender a nadie).  La globalización se inició entre nosotros desde antes de la Segunda Guerra Mundial. Se puede colegir que en la Talara de la IPC y otros enclaves Sinatra y otros crooners fueron muy populares antes (y, eventualmente, en mayor grado) que Chabuca Granda y Los embajadores criollos. 

Born in the USA

Fueron los 80 una década de grandes cantantes y grupos de música popular en inglés. El estilo predominante, comercialmente hablando, fue el pop. Madonna, Phil Collins, Michael Jackson, Cindy Lauper, Bruce Springsteen, entre otros, fueron los cantantes más exitosos de esa década que causaron un verdadero furor y fueron elevados a la categoría de ídolos totémicos. Recuerdo ahora a mi profesor César Germaná en primer año de Sociología en San Marcos, recalcándonos que los gustos son predominantemente sociales. Aunque desde esa década hasta ahora se han producido y se vienen produciendo grandes cambios estructurales alrededor del mundo del trabajo y de la economía, lo que señaló mi profesor sigue siendo certero. Como lo dijo Daniell Bell en Las contradicciones culturales del capitalismo: “A medida que se disuelve la estructura social tradicional de clases, es cada vez mayor el número de individuos que desean ser identificados, no por su base ocupacional (…), sino por sus gustos culturales y sus estilos de vida”. Por esos años, mis amigos y yo todos de clase media para arriba estábamos pendientes de los grandes referentes (productos) de la cultura popular norteamericana. Todos estudiábamos en colegios privados. La música popular peruana casi no existía para nosotros. Irónicamente, mis tíos maternos habían formado a mediados de los 80 un grupo de música latinoamericana, que difundía música de protesta de grupos como Tiempo Nuevo (incluso antiyanqui). 

      Margaret Thatcher, Ronald Reagan, el Papa Juan Pablo II, Felipe González, entre otros líderes políticos mundiales, marcaron la realpolitik de la década del 80 señalando una ola conservadora y neoliberal, sobre todo anticomunista, en la política global. En Latinoamérica tuvieron, cómo no, sus epígonos. No olvidemos que eran los años finales de la Guerra Fría. El Gendarme del Mundo era (y sigue siendo) EE. UU. En los 80 los yanquis armaron a la Contra para derrocar a los sandinistas en Nicaragua, invadieron Granada y Panamá, apoyaron logísticamente a regímenes centroamericanos de ultraderecha, metieron sus narices en Afganistán, etc. Es decir, estuvieron muy activos luchando a favor de la “libertad” y la “democracia”, así como exportando juguetes bélicos como Rambo, que inicia la saga en 1982. Como dice Henry Giroux en La escuela y la lucha por la ciudadanía: "En una época de chovinismo militante, con su alabanza de las imágenes del bien y el mal al estilo Rambo, junto con un total desprecio por el sufrimiento históricamente acumulado, el punto de vista conservador de la historia y el ensalzamiento de las viejas virtudes republicanas no parece ser otra cosa más que una apología del statu quo...".

https://actualidad.rt.com/actualidad/view/104410-intervenciones-militares-eeuu-ultimos-anos

Pop goes the World

   La sociedad de consumo de aquellos años tenía en el pop a su himno de batalla. Música edulcorada y muy fácil de consumir.  Ciertamente, la virtuosidad del rock progresivo de grupos como Yes, Pink Floyd, Genesis (con Peter Gabriel como frontman), etc. ya había quedado atrás. Señala Baudrillard en La sociedad de consumo: “Si la sociedad de consumo está empantanada en su propia mitología, si carece de una perspectiva crítica de sí misma y si allí estriba precisamente su definición, en ella no puede haber arte contemporáneo que no sea transigente, cómplice, en su existencia misma y su práctica, de esta evidencia opaca”. Michael Jackson y Madonna son los bienes (y productos) culturales mejores logrados de una cultura de masas autocomplaciente. Según Wikipedia, Thriller (1982) es el álbum más vendido de todos los tiempos, con ventas estimadas en 65 millones de discos en todo el planeta. 

   El predominio de la música pop, sin embargo, no impidió que el rock en Inglés también cosechara grandes éxitos en los charts locales. Grupos como Dire Straits, The Police, Toto, A-ha, The Cars (grupo de new wave), Tears for Fears, OMD, etc. también fueron muy sonados (algunos hasta el cansancio). El rock en español empieza a difundirse con fuerza a partir de la segunda mitad de los 80. Grupos como GIT, Virus, Soda Stereo, El Tri, Los Abuelos de la Nada, etc. marcaron a mi generación.


Everybody wants to rule the World
  

   En un contexto señalado por Bell en 1987, de maduración de la “tercera revolución tecnológica”, la música popular de los 80 —sobre todo el rock— tiene una gran influencia en las nuevas generaciones de músicos y consumidores. Sirva el presente texto como un homenaje a la música popular en inglés de los 80, además como un ajuste de cuentas, en forma positiva, con un pasado clasemediero afortunado gracias a mis padres. Uno no elige su propia niñez. Y la cultura popular norteamericana tiene representantes extraordinarios en el cine y en la música a lo largo de toda la década del 80.

Jaime Gamarra Zapata
Escritor y gestor cultural de la UNMSM