martes, 9 de agosto de 2022

Un socialismo difícil

 EL SOCIALISMO DE AUTOGESTIÓN EN TIEMPOS DIFÍCILES

 

Acaba de aparecer, entre nosotros, el nuevo libro de Jaime Llosa Larrabure, Un socialismo difícil: Armonizar, procesalmente, participación y acumulación en condiciones de escasez (Lima, 2022).

Llosa es un conocido científico social y exprofesor de la desaparecida Facultad de Economía y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Agraria La Molina, pero, sobre todo, es un teórico de la autogestión y ha sido uno de los principales animadores del Instituto de Estudios e Investigación de Cooperativas y Comunidades (Indeicoc), un centro socialista libertario aparecido hacia 1967. En el Indeicoc se discutían temas caros al pensamiento libertario, tan vigentes hoy en día, luego de más de tres décadas de la debacle del socialismo realmente existente. El economista libertario español y militante de la CNT, Abraham Guillén, visitó el Indeicoc a mediados de los 70 para impartir unas conferencias.

El libro Un socialismo difícil es un llamado apremiante a la reflexión y al diálogo directo entre los que nos reclamamos tributarios de una tradición antiautoritaria y libertaria.

Llosa propone, sin ambages, “la reunificación de los trabajadores con los medios de producción, así como con el fruto de su trabajo; esto es, proponemos construir, procesalmente, la AUTOGESTIÓN, el autogobierno, la democracia directa, ejercida en comunidades libres de hombres libres” (p. 50).

Ciertamente, esto se condice con los postulados del Indeicoc, uno de los cuales era el siguientes: “El individuo como objetivo final de la sociedad y no como medio, lo que implica reconocer la calidad igualitaria de todos los hombres y el derecho a su plena libertad –entendida esta como supresión de cualquier forma de dominación– (económica-social-política-cultural), donde la ayuda y colaboración mutuas sean principios morales rectores”.

Con abundantes datos de campo y referencias a autores disruptivos, incómodos a la ortodoxia marxista, Llosa construye un discurso sólido, con base en una praxis antiautoritaria y humanista, que busca la armonización entre los niveles de acumulación (excedentes de producción) y la participación social concreta de los individuos libres y los trabajadores (o asociaciones de productores). Para ello se requiere fomentar la participación directa de los trabajadores, verdaderos productores de la riqueza social, en la toma de decisiones de las unidades económicas de producción. La autogestión y el autogobierno son el objetivo final en una sociedad autónoma, donde el capital esté subordinado al trabajo. Un primer paso puede ser la cogestión en las unidades de producción y el fomento de las formas asociativas de los trabajadores (cooperativas, sindicatos, etc.).

Desde las filas libertarias, saludamos con el corazón y la psique esta fulgurante y poética aparición editorial, muy necesaria –por cierto– en este reino de tradición autoritaria y macartista. Los libertarios tenemos motivos de sobre para seguir inspirándonos.

 

Ate, 9 de agosto de 2022.

Acción Directa





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